Texto completo de Declaración Especial de ALBA sobre cambio climático
lunes, 14 de diciembre de 2009
14 de diciembre de 2009, 16:17
La Habana,14 dic (PL)
Declaración Especial sobre Cambio Climático aprobada en la VIII Cumbre de Jefes de Estado y
Gobierno de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América
(ALBA)con miras a la XV Conferencia de las Partes a celebrarse en
Copenhague:
1) Los Jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros de la
Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América-Tratado de
Comercio de los Pueblos, reunidos en su VIII Cumbre, celebrada en La
Habana, Cuba, del 13 al 14 de diciembre de 2009, convinieron reafirmar
la Declaración Especial sobre Cambio Climático adoptada en la VII
Cumbre del ALBA-TCP, efectuada en Cochabamba, Bolivia, el 17 de
octubre de 2009.
2) Observaron con profunda preocupación que el estado de las
negociaciones previas a la XV Conferencia de las Partes demuestra que
los países desarrollados, principales responsables del cambio
climático y de sus impactos adversos, no tienen la intención de
alcanzar resultados justos y balanceados en Copenhague, tras casi tres
años de negociaciones para la adopción del segundo periodo de
compromisos de reducción de gases de efecto invernadero de los países
desarrollados, bajo el marco del Protocolo de Kyoto, y tras dos años
de negociación en el grupo de trabajo sobre cooperación a largo
alcance para un acuerdo de la conferencia de las partes que permita
una aplicación plena, efectiva y sostenible de la Convención, en total
conformidad con sus principios y compromisos.
3) Deploraron que los países desarrollados hayan encaminado sus
esfuerzos a alterar y quebrantar los principios y compromisos del
régimen legal vigente, con el objetivo de perpetuar sus patrones de
producción y consumo insostenibles, y la dependencia y marginación de
los países en desarrollo, al intentar desplazar la carga que
representan la mitigación y la adaptación a dichos países.
4) Reafirmaron, en ese contexto, que la intención por parte de los
países desarrollados de imponer un acuerdo político que condene al 80
por ciento de la población mundial a vivir en el subdesarrollo y la
pobreza, resulta inaceptable, no pueden ser una opción política y ha
constituido un serio obstáculo para alcanzar un resultado justo y
equitativo en Copenhague.
5) Ratificaron que la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio
Climático y su Protocolo de Kyoto representan el régimen jurídico
vinculante vigente que norma la respuesta y la cooperación
internacional para el enfrentamiento al calentamiento global, como
resultado del consenso alcanzado por la comunidad internacional para
encarar lo que representa uno de los problemas más graves que amenazan
a la humanidad y a la propia vida y existencia de algunas naciones en
vías de desarrollo.
6) Rechazaron categóricamente los intentos de hacer fenecer esto
instrumentos, anularlos o sustituirlos por nuevos acuerdos que
erosionen o alteren las obligaciones jurídicamente vinculantes que en
ellos contrajeron.
7) Constataron, un vez más, que la crisis ambiental resultante del
incremento de las temperaturas en la atmósfera es consecuencia del
sistema capitalista, del prolongado e insostenible patrón de
producción y de consumo de los países desarrollados, de la aplicación
e imposición al resto del mundo de un modelo de desarrollo
absolutamente depredador, y de la falta de voluntad política para el
cumplimiento pleno y efectivo de los compromisos y obligaciones
previstas en la Convención y el Protocolo de Kyoto.
8) Subrayaron que los países desarrollados, que comprenden solamente
el 20% de la población mundial, contrajeron una deuda climática con
los países en desarrollo, las futuras generaciones y la Madre Tierra,
al sobre consumir el espacio atmosférico y al haber generado
aproximadamente tres cuartas partes de las emisiones históricas
mundiales.
9) Reconocieron que para lograr el objetivo de estabilizar las
concentraciones de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera a
un nivel que prevenga una interferencia peligrosa en el sistema
climático, los países Anexo 1 deben volver a las concentraciones de
gases de efecto invernadero muy por debajo de 300 ppm de GEI, con el
propósito de retornar a temperaturas lo más cercanas posibles a los
niveles preindustriales.
10) Destacaron que esta deuda climática en el marco más amplio de la
deuda ecológica comprende tanto una deuda de emisiones como una deuda
de adaptación, que debe ser honrada por los países desarrollados a
través de:
a) Compromisos vinculantes de reducciones domésticas sustanciales y
reabsorción de emisiones de gases de efecto invernadero de tal forma
que se garantice el derecho al desarrollo de los países en vías de
desarrollo.
b) Cumplimiento de sus compromisos de transferencia efectiva de
tecnología, asegurando que sea accesible, asequible, adaptable y
eliminando todas las barreras relacionadas con los derechos de
propiedad intelectual, para que los países del Sur puedan emprender un
proceso de desarrollo que no siga los patrones de consumo y
contaminación del Norte.
c) Cumplimiento y garantías en la provisión efectiva de recursos
financieros públicos adicionales, adecuados, previsibles y
sostenibles, enfatizando que los requerimientos para la adaptación de
los países en desarrollo se han incrementado como consecuencia de la
crisis climática. Para evitar una catástrofe climática mayor, los
países desarrollados deben proveer del 6% por ciento de su GDP a favor
de los países en desarrollo haciendo una contribución medible
(notificable y verificable) hacia el pago total de su deuda climática.
11) Resaltaron que para lograr la aplicación efectiva de la Convención
Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático y del Protocolo de
Kyoto se deben los órganos competentes para la adaptación,
transferencia de tecnología y desarrollo de capacidades, así como
mecanismos financieros mejorados.
12) Rechazaron categóricamente los intentos de traspasar
responsabilidades de mitigación a los países en desarrollo, así como
el establecimiento de condicionalidades para la transferencia de
recursos financieros y tecnológicos para combatir el cambio climático,
y exigieron que se respete el derecho al desarrollo sostenible de
estos países, en un ambiente sano, ecológicamente equilibrado, y con
el espacio atmosférico requerido.
13) Destacaron que los países desarrollados intentan desconocer esta
deuda climática, que es la expresión concreta de su responsabilidad
histórica en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio
Climático y del Protocolo de Kyoto y que, por ello, están promoviendo
un nuevo acuerdo donde su culpabilidad no quede en evidencia.
14) Enfatizaron la necesidad de cambiar los patrones de consumo y
estilos de vida en los países desarrollados y de reformar el sistema
económico, comercial y financiero internacional.
15) Rechazaron las soluciones de mercado y la venta de bonos de
carbono para resolver los problemas del cambio climático, porque ellas
se inscriben en la misma lógica que provocó el estallido de la más
grave crisis económica y financiera global después de la Gran
Depresión, que generó millones de desempleados y agravó la pobreza y
la crisis alimentaria de los países en desarrollo. Asimismo,
destacaron que los mercados de carbono permiten a aquellos que
causaron el cambio climático seguir contaminando, mientras que la
carga de la reducción de las emisiones se traspasa a los países en
desarrollo.
16) Manifestaron que la necesidad de proveer a los países en
desarrollo con recursos financieros adecuados para atender la
totalidad de los gastos adicionales generados por los impactos del
cambio climático, no es un asunto de mercado, sino una obligación
legal y moral, derivada de los compromisos asumidos por los países
desarrollados bajo la Convención.
17) Alertaron que los intentos de los países desarrollados de impulsar
la adopción de un acuerdo que viola los principios de responsabilidad
histórica, de equidad y responsabilidades comunes pero diferenciadas,
atenta contra el derecho al desarrollo de los países en vías de
desarrollo y representa una grave afectación de los derechos de la
Madre Tierra.
18) Ratificaron su voluntad de trabajar desde posiciones cohesionadas
para participar y contribuir de manera constructiva a las
deliberaciones de Copenhague y cualquier proceso ulterior, con el fin
de llegar a un resultado justo, balanceado y equitativo que permita
alcanzar el objetivo primero de la Convención en plena concordancia
con sus principios y compromisos.
19) Demandaron enfáticamente a los países desarrollados para que, de
manera efectiva y convincente, demuestren su voluntad política de
cumplir plenamente sus obligaciones actuales y futuras, mediante
compromisos serios, ambiciosos y comparables bajo la Convención Marco
de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático y del Protocolo de
Kyoto.
20) Reconocieron que las medidas voluntarias orientadas a la
mitigación, alternativas a las tradicionales de mercado, adoptadas por
algunos de los países miembros de la ALBA, deben ser reconocidas,
compensadas financieramente y promovidas a nivel mundial.
Particularmente, reconocieron y apoyaron la iniciativa del Ecuador
denominada Yasuní-ITT, como innovadora y vanguardista en el
enfrentamiento del problema del cambio climático.
21) Reafirmaron que la posición de los países de la ALBA sobre cambio
climático, refleja una concepción del desarrollo no basada en la
mercantilización de la naturaleza, sino guiada por el paradigma del
Buen Vivir, que supone relaciones de armonía y respeto con la
naturaleza y con los demás
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