jueves, 25 de noviembre de 2010

Especial 25 de Noviembre: Día Internacional de No Violencia a las mujeres

Programa 55: Voz de los Movimientos

Especial 25 de Noviembre: Día Internacional de No Violencia a las mujeres

Está disponible el nuevo programa de audio "Voz de los Movimientos", con los siguientes contenidos:

América Latina:
Francisca Rodríguez, dirigente CLOC/VC
- Una mirada a la violencia en el campo Francisca Rodríguez, dirigente de la CLOC/ Vía Campesina (Chile).
- Sin feminismo no hay socialismo: una propuesta de las mujeres para una nueva cultura de equidad en la CLOC/Vía Campesina.

Honduras.
Leoncia Solórzano, dirigente del Consejo para el desarrollo integral de la Mujer campesina – CODIMCA.
- Tras el golpe en Honduras las más afectadas son las mujeres campesinas.
- Alternativas y propuestas de las mujeres hondureñas para mantener la Soberanía alimentaría en el país.
-
El Salvador
- Organizaciones de mujeres se preparan para celebrar el Día internacional de la No Violencia. Un informe de Vía Campesina El Salvador.


Duración del programa: 12:04 min.

Ud. puede escuchar el programa en línea o descargarlo:
http://radioteca.net/result.php/13030156


INSUMO:
Perú: Foro de Pueblos Indígenas Minería, Cambio Climático y Buen Vivir. Informe desde la Confederación Nacional de Comunidades afectadas por la Minería – CONACAMI


Duración del insumo: 2:16 min.

Ud. puede escuchar el programa en línea o descargarlo:
http://radioteca.net/result.php/13030157


Se invita a las radioemisoras a reproducirlos todo o en parte en su programación, mencionando la fuente. Agradecemos informarnos si lo retransmite en su radioemisora.

"Voz de los Movimientos" es una producción de la Minga Informativa de Movimientos Sociales, que congrega a una decena de redes y coordinaciones sociales de América Latina y el Caribe. http://www.movimientos.org

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BOLETIN WRM - EL FOCO DE ESTE NÚMERO: CAMBIO CLIMÁTICO EN CANCÚN

Número 160 - Noviembre 2010

EL FOCO DE ESTE NÚMERO: CAMBIO CLIMÁTICO EN CANCÚN

El 29 de este mes comienza la 16a. Conferencia de las Partes de la
Convención sobre el Cambio Climático en Cancún, México. Desde este
boletín, el WRM se integra al esfuerzo de las organizaciones sociales
y ambientales por convertir esta instancia en una ocasión para
presionar a los gobiernos a que se enfoquen en la raíz del problema:
la extracción y consumo de combustibles fósiles.

Dado que la agenda del encuentro no se centra en ese tema, sino que
prioriza falsas “soluciones” de mercado -tratando en especial de
incluir a bosques y plantaciones en el lucrativo mercado de carbono-
será la tarea de los movimientos populares convertir a Cancún en un
espacio de denuncia, donde se consoliden redes de resistencia y se
gesten alternativas populares para evitar el inminente desastre
climático.

*NUESTRA OPINIÓN *

Carta abierta a la Convención sobre el Cambio Climático <#1>

TEMAS CANDENTES EN CANCÚN

De cambio climático a catástrofe climática: una delgada línea
petrolera <#2>

-- En la raíz de la catástrofe climática <#3>

-- Derivaciones: deuda climática, migración, fraudes <#4>

-- La crisis como oportunidad - ¿de negocios? <#5>

-- Un caso REDD: Destructor de bosques Oji Paper pretende
financiamiento REDD en Laos <#6>

-- La oportunidad del cambio imprescindible <#7>

*

NUESTRA OPINIÓN *

- Carta abierta a la Convención sobre el Cambio Climático

Dado que la Convención sobre el Cambio Climático se reunirá a fin
de mes en Cancún, México, el WRM está difundiendo una carta abierta
a los delegados gubernamentales. Con ella apuntamos no solo a
denunciar la inacción criminal de los gobiernos, sino –más
importante aún- a promover una mayor presión de la gente sobre los
gobiernos, para forzarlos a adoptar las medidas necesarias para evitar
el inminente desastre climático. La carta abierta dice:

Señoras y señores representantes de gobiernos, Conferencia de las
Partes, Convención sobre el Cambio Climático

De nuestra consideración:

Como ustedes bien saben, el cambio climático está ocurriendo y sus
consecuencias ya están siendo sufridas por millones de personas -en
particular las más vulnerables- y todo indica que el problema se
está agravando a pasos agigantados. Las causas del calentamiento
global son perfectamente conocidas, como también lo son las medidas
necesarias para evitar que se profundice y termine afectando a la
humanidad en su conjunto. Sin embargo, tanto ustedes como nosotros
sabemos que los gobiernos que representan siguen negándose a hacer lo
que es su obligación hacer para enfrentar seriamente el problema.

Es bueno recordar que en 1992 todos los gobiernos del mundo se
comprometieron, en un convenio internacional, a adoptar medidas para
evitar el desastre climático. Surgió así la Convención sobre el
Cambio Climático, que casi todos los gobiernos firmaron y
ratificaron. Desde entonces han pasado 18 años durante los cuales los
gobiernos han hecho poco y nada para enfrentar el problema. Es decir,
que durante casi dos décadas se ha estado violando el espíritu de la
Convención, que apuntaba a evitar que el cambio climático ocurriese.
Dadas sus posibles consecuencias para la supervivencia de la
humanidad, dicha violación puede ser catalogada de crimen de lesa
humanidad.

Por supuesto que somos concientes de que los gobiernos no actúan
solos y que a su amparo operan grandes empresas –estatales y
privadas- que lucran con la explotación y venta de combustibles
fósiles, que todos sabemos son la principal causa del cambio
climático. También somos concientes del poder de dichas empresas
sobre muchos de los gobiernos que ustedes representan. Sin embargo,
ello no exime a sus gobiernos de la responsabilidad –asumida al
firmar esta Convención- de proteger ese bien común de la humanidad
que es el clima del planeta.

Por decimosexta vez, ustedes van a participar en la Conferencia de
las Partes de la Convención sobre el Cambio Climático. Las últimas
reuniones de este proceso no han ido más allá de negociar –sin
mayor éxito- sobre aspectos secundarios, sin decidirse a enfrentar el
meollo del problema: la eliminación total de las emisiones de
combustibles fósiles en el menor plazo de tiempo posible. Todo parece
indicar que la próxima reunión en Cancún seguirá los mismos pasos.

Sin embargo, el mundo aún tiene la esperanza de que los gobiernos
adopten las decisiones necesarias para evitar el desastre climático y
está dispuesto a apoyarlos. Para que esa esperanza pueda concitar su
apoyo, se requieren señales claras de un cambio total de actitud. En
ese sentido, la principal señal debería ser la de poner a los
combustibles fósiles en el centro del debate. Que se deje de lado la
discusión de las falsas soluciones a las que se han vuelto tan
adeptos (“sumideros de carbono”, “deforestación
evitada-REDD”, “Mecanismo de Desarrollo Limpio”,
“compensación de emisiones de carbono”, etc.) y que se centren en
el verdadero problema: en cómo salir rápidamente de la era de los
combustibles fósiles.

Como forma de empezar a recuperar la credibilidad perdida, sus
gobiernos deberían comenzar por comprometerse en Cancún a un cese
inmediato y permanente de la búsqueda de nuevos yacimientos de
combustibles fósiles en sus territorios. Al mismo tiempo, deberían
abocarse a la búsqueda de mecanismos compensatorios para asegurar la
no explotación de yacimientos ya identificados pero aún no
explotados. Finalmente, que establezcan fechas concretas para la total
erradicación de dichos combustibles.

Somos concientes de que lo anterior es un enorme reto, pero ¿es
mucho pedir cuando lo que está en juego es nada menos que la
supervivencia de la vida sobre la Tierra?

Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales

Noviembre 2010

TEMAS CANDENTES EN CANCÚN
- De cambio climático a catástrofe climática: una delgada línea
petrolera

El cambio climático como proceso de modificación del complejo
sistema de fenómenos que ocurren en la atmósfera (temperatura,
humedad, presión, vientos y precipitaciones), no es algo nuevo para
nuestro planeta. Ha ocurrido en parámetros de tiempo muy extensos,
como consecuencia de erupciones volcánicas, cambios en la emisión de
las radiaciones solares, en la composición de la atmósfera, en la
disposición de los continentes, en las corrientes marinas o en la
órbita de la Tierra.

En episodios de cambio climático repentino, como el registrado hace
unos 55 millones de años, quizás producto de una intensa actividad
volcánica superpuesta a un pico en la tendencia gradual al
calentamiento global, las temperaturas experimentaron un aumento del
orden de los 6ºC. Millones de toneladas de carbono fueron liberadas
al océano y la atmósfera, provocando la extinción de numerosas
especies en el fondo de los mares. Otros eventos abruptos similares se
registraron hace 120 y 183 millones de años. En todos esos casos
debieron pasar unos 100.000 años para que el clima se recuperara.

En la última era glaciar (de 110.000 a 11.500 años atrás), la
temperatura se calentó y enfrió alternadamente varias veces en más
de 10ºC, provocando importantes cambios climáticos en todo el
hemisferio norte. Cada episodio de calentamiento y enfriamiento
transcurrió en algunas décadas y duró cientos de años (1) .

La variante que se introdujo en los últimos 200 años, con
posterioridad a la Revolución Industrial, es que la concentración de
los gases que producen el efecto invernadero – y que en la
proporción justa hicieron posible la vida en la tierra reteniendo el
calor emitido desde la superficie terrestre – se incrementó
abruptamente como consecuencia de la combustión desmedida de
combustibles fósiles (petróleo, gas, carbón) producto de
actividades humanas. Esto provocó un aumento de la temperatura
atmosférica con la consiguiente aceleración del cambio climático.
El resultado ha sido una alteración del clima, el cual sigue un
patrón no lineal con eventos inesperados y drásticos cuando los
niveles de gases de efecto invernadero alcanzan un punto crítico que
desencadena otros procesos hasta ahora desconocidos. Esto coloca al
planeta en una situación de emergencia en la cual está en riesgo la
vida en la Tierra tal como la conocemos.

El Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por su
sigla en inglés), un grupo de científicos expertos en el tema creado
a instancias de la Organización Meteorológica Mundial y el Programa
de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), estimó que
para evitar un aumento crítico de la temperatura del planeta es
necesario reducir las emisiones resultantes de la combustión de
petróleo y otros combustibles fósiles entre 80% y 95% para el año
2050.

Pero los niveles de emisiones no solamente continuaron sino que ¡han
aumentado! El casquete polar ártico alcanzó el nivel más bajo
registrado hasta la fecha, mientras que el derretimiento de la capa
subterránea de hielo (permahielo) de Siberia está liberando vastos
depósitos de metano (un gas de efecto invernadero), agravando así el
calentamiento global. Por otro lado, el 40% de las emisiones de
dióxido de carbono (CO2) resultante de actividades humanas y que se
incrementó abruptamente en los últimos dos siglos, fue absorbido por
los océanos provocando su acidificación, que se puede agravar aún
más, con consecuencias desastrosas para la vida de los organismos
marinos.

Las últimas estimaciones anuncian que la temperatura promedio
seguirá aumentando, pero el grado y duración de ese aumento, así
como la severidad de sus consecuencias, dependen de la rapidez y
efectividad con que se reduzcan las emisiones de gases de efecto
invernadero.

Según datos de la Unión Internacional Para la Conservación de la
Naturaleza (IUCN), la quinta parte de los vertebrados del planeta
está en riesgo de extinción, por varias causas pero entre ellas el
aumento de la temperatura global.

Mientras tanto, 43 estados insulares del Pacífico, el Mediterráneo,
el Índico y el Caribe, con una población de 41 millones de personas,
podrían quedar sumergidos por un aumento del nivel del mar.

En la raíz de la catástrofe climática

En abril de este año, más de 35.000 personas se reunieron en
Cochabamba, Bolivia. La Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el
Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra cobijó nuevas
visiones y propuestas para salvar al planeta y sobre todo puso sobre
la mesa las causas de la crisis climática. En la declaración final
del encuentro (2) se reafirma que nos enfrentamos a “la crisis
terminal del modelo civilizatorio patriarcal basado en el sometimiento
y destrucción de seres humanos y naturaleza que se aceleró con la
revolución industrial”.

La responsabilidad por ese rumbo recae en los países llamados
“desarrollados”, a los que les corresponde modificar “sus
modelos de vida y desarrollo, anulando la deuda externa de forma
inmediata, parando la producción de material bélico, cambiando el
uso de energía fósil por energía renovable y cambiando los sistemas
financieros, económicos y sociales internacionales, que perpetúan
los modelos actuales”.(3)

Este sistema de mercados globalizados se ha impuesto a sangre y
fuego. Y pocas veces se habla de la contribución de las guerras al
cambio climático: desde deforestaciones masivas, como la provocada en
Vietnam por la larga guerra de ocupación de las tropas
estadounidenses, hasta el consumo de combustible que requiere la
movilización de todo el aparataje militar.

Según estimaciones de 2006 de la propia CIA, sólo 35 países (de un
total de 210 en el mundo) consumen más petróleo por día que el
Pentágono. Según Steve Kretzmann, director de Oil Change
International, la guerra de invasión a Irak emite más del 60% de
todos los países (4) . Pero para las fuerzas armadas no hay
restricciones en materia de emisiones, y el acuerdo de Copenhague no
hace referencia al asunto.

Derivaciones: deuda climática, migración, fraudes

La deuda climática

La revolución industrial fue la plataforma de despegue del sistema
actual de producción intensiva y a gran escala, comercio global y
consumo exacerbado. Como corolario, también del salto cuántico de
las emisiones de gases de efecto invernadero. En ambos casos los
procesos tienen nombre y apellido, por así decirlo. La explotación y
el consumo de combustibles fósiles, bosques, tierras agrícolas y
otros recursos del planeta - generalmente ubicados en países del Sur
y muchas veces apropiados por el poder y la fuerza - permitieron a los
países industrializados alcanzar el poderío económico que hoy
detentan.

La histórica deuda ecológica de los países del Norte, generada por
la ocupación de territorios y la apropiación barata y destrucción
de los bienes naturales en el Sur, se trasladó al clima con la
contaminación por emisiones de dióxido de carbono y la ocupación
del espacio atmosférico, dando lugar a la deuda climática.

El Profesor Stephen Pacala, de la Universidad de Princeton, citado en
un artículo de Barry Saxifrage (5), calculó las emisiones por
cápita de 6.500 millones de personas, llegando a la conclusión de
que 3.000 millones de pobres no emiten prácticamente nada (6).
También por país la diferencia es abrumadora. Ejemplos de emisiones
anuales de toneladas de carbono por persona: Zimbabwe 0,93; Estados
Unidos 19,66; Canadá 17,86; India 1,17; China 3,7. Es decir, que
Canadá o Estados Unidos emiten aproximadamente 20 veces más carbono
per capita que una persona promedio en un país del Sur como Zimbabwe.

A nivel mundial, los países que están entre el 8% más rico emiten
el 50% del total de emisiones y los que están en el 15% más rico
emiten el 75%. El 85% restante de la humanidad emite solamente el 25%
del total de emisiones.

Este cuadro lleva a consideraciones interesantes con relación a las
medidas para enfrentar el cambio climático: quien debe reducir de
manera significativa las emisiones es el 15% más rico, y la mayor
parte de la reducción debe provenir del 8% más rico. Y eso
sencillamente porque son quienes están utilizando casi todos los
combustibles fósiles.

Pero la tendencia no va por ese carril. Si bien el propio Todd Stern,
uno de los principales negociadores de los Estados Unidos sobre clima
en Copenhague, reconoció el papel histórico de su país en el nivel
actual de concentración de emisiones, se apresuró a advertir que
rechaza categóricamente todo sentimiento de culpa o reparación (7).
¡Justo a la hora en que deberían asumir su responsabilidad y actuar
para hacer frente a la crisis social, ambiental y planetaria! Esa
renuencia quedó demostrada en 2009, en la fracasada Cumbre de
Copenhague, con su lastimoso “acuerdo” que los propios países
industrializados pergeñaron para exigirse, no cero emisiones, sino
cero compromiso para reducirlas.

Hasta ahora, en el largo proceso de la Convención Marco de las
Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, lo que ha surgido no son
más que distracciones - en el mejor de los casos - y soluciones
falsas que apartan totalmente del único camino viable: cambiar los
modelos productivos, comerciales y de consumo, controlados actualmente
por intereses empresariales, que exigen un consumo excesivo de
combustibles fósiles y que generan situaciones de desigualdad e
injusticia. Cambiar el sistema, no el clima.

Migración

El cambio climático también está empeorando la crisis migratoria,
la peor que ha enfrentado la humanidad y que hoy se manifiesta en 214
millones de seres humanos desplazados (8) . Las sequías, las
inundaciones provocadas por tormentas y huracanes, la contaminación
del agua, la erosión y degradación del suelo y otros impactos
destructivos de la actual catástrofe ambiental se suman a los
factores que están forzando a la gente a emigrar por falta de acceso
a tierra agrícola o por escasez de agua. Se estima que 50 millones de
personas han debido emigrar por los efectos del cambio climático.

Las miles de personas que deben abandonar las zonas rurales muchas
veces pasan a formar parte de los cinturones de pobreza de las
ciudades y quienes emigran a países del Norte, en una búsqueda
desesperada por la supervivencia, suelen encontrarse con férreos
controles fronterizos en un mundo abierto al capital pero no a quienes
éste termina expulsando. Muchos de las personas que logran sortear
esos controles terminan como ciudadan@s de segunda viviendo una
situación de desarraigo en países donde el consumismo y la opulencia
de los ciudadan@s de primera terminan resultando ofensivos y
exacerbando los problemas sociales.

La crisis migratoria, la crisis climática y la crisis social son las
distintas caras de un mismo problema.

Fraudes

Increíblemente la crisis climática, que pone en jaque a la
humanidad, se ha convertido para los insaciables intereses
empresariales en una oportunidad de hacer negocios. El mercado mundial
de carbono mueve muchos capitales y resulta un posible escenario de
delitos ambientales.

Un artículo de Mark Schapiro (9) informa sobre una conferencia
organizada por la Interpol, cuya jurisdicción se ampliaría a un
terreno totalmente nuevo: el fraude en los mercados mundiales de
carbono. Esos complejos mercados, que operan en países sujetos a la
restricción de emisiones del Protocolo de Kyoto, y que manejan
numerosos instrumentos nuevos, crecieron exponencialmente en los
últimos cinco años. Sus transacciones alcanzaron el valor de 300.000
millones de dólares, una suma muy alta que necesariamente atrae
delincuentes. Sujetos a una supervisión ambigua, estos mercados
ofrecen nuevas oportunidades para el fraude. El carbono pasa a ser un
commodity que se comercializa.

El interés que existe en que la conservación de los bosques
tropicales pase a ser una “compensación” de las emisiones de
carbono de empresas o gobiernos en otro lado, abre la puerta a
posibles fraudes en países donde la propiedad de la tierra está en
disputa.

No son elucubraciones. El departamento anti-corrupción de la
policía londinense está investigando acusaciones de que la empresa
Carbon Harvesting Company, que opera en el sector de compensación de
emisiones, habría reclamado indebidamente acceso a bosques de Liberia
para vender derechos de carbono a empresas europeas, entre otras. En
otros casos, los agentes especuladores generaron ganancias ilícitas
millonarias por evasión fiscal, como fue el caso que dejó al
descubierto que más del 80% de las compañías de comercio de carbono
de Dinamarca eran tan solo una fachada para el fraude impositivo. El
propio ministro ambiental del Reino Unido, Lord Chris Smith,
reconoció que a medida que aumenta el precio del carbono, más
lucrativo se vuelve el mercado y más delincuentes atrae.

La crisis como oportunidad - ¿de negocios?

El llamado “Capitalismo 2.0”, el modelo resurrecto del
capitalismo liberal para capear los tembladerales financieros, en su
nuevo ciclo de acumulación encuentra muy conveniente sacar provecho
de la crisis climática. El propio presidente de la Shell en el Reino
Unido expresó que, para los negocios, hacer frente al cambio
climático es tanto una necesidad como una gran oportunidad.

El Protocolo de Kyoto proveyó forma y contenido y así se inventaron
estrategias como el sistema Cap and Trade (fijación de limites
máximos de emisión e intercambio de los derechos de emisión) y los
Mecanismos de Desarrollo Limpio. El Banco Mundial, entre otros,
también acudió presto, impulsando la idea de convertir la tragedia
(emisiones de carbono) en mercancía y creando un mercado donde
especular con ella, con la premisa de que el dinero puede arreglar el
entuerto.

Pero lo que ha hecho el mercado de carbono y el consiguiente comercio
de emisiones de carbono (CO2) controlado por el mismo sistema
económico que está en la raíz de la crisis climática, ha sido
contribuir a mantener la hegemonía del capital. Por este camino el
pronóstico para el clima, pues, no es nada halagüeño.

“Soluciones” que son parte del problema

• CDM: ni desarrollo ni limpio

Vivimos tiempos en que es imprescindible saber que los programas de
mitigación y adaptación al cambio climático, siguiendo lineamientos
de la Convención sobre Cambio Climático y su Protocolo de Kyoto y
basados en criterios de mercado, no han logrado revertir el cambio
climático. Prueba rotunda de ello es que las emisiones de CO2 han
seguido subiendo, así como la temperatura media mundial. (10) En
cambio han sido exitosos ofreciendo buenos negocios de inversión en
países del Sur y creando una especulación financiera que en algunos
casos ha dado lugar a situaciones de corrupción.

En África, enorme continente codiciado por sus extensos territorios
y pródigos bienes naturales, Blessing Karumbidza y Wally Menne
denuncian (11) el caso de la aldea Idete en el distrito de Mufindi,
provincia de Iringa, en la región meridional de Tanzania. Allí, en
el marco de un proyecto de supuesto “desarrollo limpio” (con bajo
nivel de emisión de carbono), la empresa noruega Green Resources Ltd.
tiene un proyecto de plantación de monocultivos de eucaliptos y pinos
exóticos en las húmedas praderas de la zona meridional de Mufindi.

El argumento es que las plantaciones de árboles son positivas para
el cambio climático en la medida que actúan como “sumideros de
carbono”, generando un “ahorro” de emisiones de carbono. Esas
emisiones, bajo la figura de “certificados de reducción de
emisiones” (CERs) o “créditos de carbono” pueden ser compradas
en el mercado de carbono por industrias o gobiernos del Norte para
compensar parte de sus obligaciones de reducción de emisiones. Es
así como funciona el llamado “Mecanismo de Desarrollo Limpio”
(MDL), apoyado sobre la falacia de que es válido compensar el carbono
adicional extraído del subsuelo (combustibles fósiles) con el
carbono atmosférico que se recicla manteniéndose en un balance
estable.

Green Resources Ltd. espera que los monocultivos de árboles que ha
establecido sobre valiosas praderas sean aceptados como MDL y generen
CERs que podría vender al gobierno de Noruega. Queda por fuera la
consideración de los impactos negativos de las plantaciones
forestales sobre el suelo de la pradera, las reservas de agua y las
comunidades rurales locales. Tampoco se tiene en cuenta que la pradera
acumula una reserva de carbono que puede mantenerse allí durante
cientos o miles de años y que bajo ciertas condiciones puede
continuar en aumento.

La filial de Green Resources en Tanzania adquirió muy
convenientemente 14.000 hectáreas de tierra a la comunidad de Idete,
donde ya plantó 2.600 hectáreas. Tiene planes de seguir comprando
más tierra: no menos de 170.000 hectáreas solo en Tanzania, donde le
garantizan una tenencia de 99 años en un país de economía
principalmente rural donde la posesión, acceso y control de la tierra
es esencial para la supervivencia. Sus clientes cautivos son
comunidades muchas veces en situación de pobreza y ajenas a la
sofisticación de este tipo de negocios internacionales, y un gobierno
dispuesto a cambiar los bienes naturales por inversiones extranjeras.
No es difícil imaginar la situación y sus resultados. Para el
gobierno de Noruega, importante productor y exportador de petróleo,
el proyecto de la empresa nacional le sirve para comprar créditos de
carbono y con ello poder afirmar que ha “compensado” sus emisiones
domésticas. Para las comunidades queda poco, y menos aún en unos
años, cuando las plantaciones empiecen a mermar sus reservas de agua.
Es así como se gesta el “colonialismo de carbono”.

Es inaceptable que los fondos que supuestamente deben destinarse a
resolver los problemas del clima sirvan para apoyar proyectos de
monocultivos forestales a gran escala que, además de no contribuir a
resolver realmente la crisis climática, aumentan la vulnerabilidad de
las comunidades ante la pobreza y socavan su soberanía alimentaria.

• biochar: ¿monocultivos forestales bajo tierra?

Otra de las “soluciones” que se han inventado como estrategia de
“mitigación del cambio climático” – todo menos pensar en cómo
desmantelar el modelo petrolero – es lo que se conoce como biochar.
Se trata de quemar por pirólisis – proceso de descomposición
química de materia orgánica por calentamiento en ausencia de
oxígeno – “residuos” o cultivos agrícolas y madera de árboles
plantados con ese fin. El carbón resultante, combinado con
fertilizantes -producidos a base de combustibles fósiles- se
agregaría al suelo donde permanecería “secuestrado”. El
argumento es que adicionalmente regeneraría tierras degradadas. Por
otro lado, sus propulsores argumentan que el proceso genera energía
que se utilizaría para reemplazar algunos usos de los combustibles
fósiles.

También en este rubro se habla de grandes posibilidades de
inversión para lograr una producción de carbón a gran escala. Ya
hay proyectos de biochar en marcha en varios países de África:
Burkina Faso, Camerún, Côte d’Ivoire, República Democrática del
Congo, Egipto, Gambia, Ghana, Kenia, Malí, Namibia, Níger, Senegal,
Sudáfrica, Tanzania, Uganda y Zambia.(12)

Se especula que se necesitarían 500 millones de hectáreas de tierra
o más para producir carbón, además de la energía correspondiente,
seguramente en gran medida a partir de enormes extensiones de
monocultivos de árboles (13) . Esto representa una terrible amenaza
para el modo de vida de numerosas comunidades, entre ellas indígenas,
que se verían desplazadas de sus tierras y perderían sus medios de
vida. Incluso existe el riesgo de que estos peligros se potencien con
el desarrollo de variedades de árboles genéticamente modificados
(GM) para la producción de biochar, o que se extienda el número de
especies de árboles de crecimiento rápido.

Hasta la fecha no hay estudios sobre los efectos a largo plazo del
biochar en la estabilidad de los suelos, ni sobre lo que supondría
para la biodiversidad apoderarse de hasta el tallo más delgado para
quemarlo y enterrarlo, robando así nutrientes al suelo y materia
orgánica con la que normalmente se produciría humus. También
alteraría los ecosistemas naturales que cumplen una función esencial
en la estabilidad y regulación del clima y son la base de la
producción de alimentos y la protección del agua. Todavía no se
sabe si el carbón aplicado al suelo representa de alguna manera un
“sumidero de carbono”.

El PNUMA alerta sobre el desconocimiento de los impactos a largo
plazo en la sustentabilidad agrícola y la biodiversidad y aconseja
tratar la propuesta con gran cautela (14) . Esto no impide al lobby
del rubro, representado por International Biochar Initiative, en su
mayor parte empresas y académicos muchos de los cuales son cercanos a
intereses comerciales, impulsar el biochar y tratar de incluirlo en
los mercados internacionales de carbono.

Todo gira en torno al contenido de carbono, con la mirada puesta en
el mercado de carbono.

• biomasa: estrategia de venta

Si no fuera trágico causaría hilaridad. Enfrentada como está la
humanidad a una emergencia climática, somos testigos de cómo las
mismas fuerzas económicas que forjaron el sistema industrial y
petrolero que nos puso en esta situación, aparecen ahora promoviendo
ciertos cambios para que todo siga como estaba. Entre otras cosas, el
mismo volumen de transporte privado, el mismo tránsito de buques y
aviones cargueros para que continúe el trasiego de mercaderías por
los mercados globalizados, el mismo frenesí de producción
industrial, la misma expansión de la agricultura industrial. Todo lo
mismo, y en las mismas manos, pero con un toque de “bio”.

Surge así la propuesta de sustituir combustible fósil por
combustible derivado de biomasa. ¿Sería posible?

Jim Thomas, de ETC, brinda una lista de productos y servicios
producidos actualmente con combustibles fósiles: (15)

* Combustible para transporte (automóviles, camiones, aviones):
junto con el combustible para calefacción acapara cerca del 70% del
petróleo.

* Electricidad: carbón, gas natural y petróleo son actualmente
responsables del 67% de la producción mundial de electricidad.

* Productos químicos y plásticos: aproximadamente el 10% de las
reservas mundiales de petróleo se convierten en plásticos y
petroquímicos.

* Fertilizantes: la producción a escala mundial requiere un uso
intensivo de gas natural.

Hay fórmulas para pasar a “lo bio” a partir de biomasa: para el
transporte es posible obtener etanol y biodiesel; en la electricidad
se está mezclando la combustión de carbón con biomasa mientras se
investigan formas de utilizar nanocelulosa y bacterias sintéticas
para obtener corriente eléctrica de células vivas; se está pensando
en utilizar azúcar para producir bioplásticos y productos químicos;
el biochar se propone como un sustituto de los fertilizantes a escala
industrial.

Como bien reflexiona Thomas, durante milenos el mundo vegetal ha sido
fuente de combustible y de producción de materiales, pero el nuevo
uso del término “biomasa” marca un cambio específico en la
relación de la humanidad con las plantas. Se pierde el universo
taxonómico de especies y variedades que este término sugería para
tratar a la materia orgánica desde una óptica industrial como una
sola cosa indiferenciada, una masa, la biomasa.

Es así que para el mundo del biocomercio, los ecosistemas, las
plantas, la materia orgánica se reducen a denominadores comunes, a
materias primas: las praderas y los bosques pasan a ser fuentes de
celulosa o de carbono. Y desde esa mirada, los bosques y las
plantaciones de monocultivos de árboles son la misma cosa, al igual
que son lo mismo para quienes los ven como fuentes de madera o de
carbono.

Por otra parte, la tierra fértil adquiere ahora un valor extra como
fuente potencial de biomasa, lo que ya está acelerando la
apropiación de tierras, básicamente en territorios del sur y muy
especialmente en África. Las tecnologías para la transformación de
biomasa – nanotecnología, biotecnología y biología sintética –
son las herramientas que permitirán extraer la nueva materia prima.

Se va armando todo un crisol de fusiones y recambios empresariales en
los sectores de los laboratorios químicos y biotecnológicos, las
compañías forestales y el agronegocio para permitir este tipo de
“cambios”: la apropiación de – en el mejor de los casos – una
nueva materia prima para combustible, y nada más. Con ello se
garantiza que todo siga en el mismo circuito de poder y se perpetúe
el sistema de acumulación de capital, con su contracara de
desigualdad, pobreza y exclusión. Intacto queda el modelo de
producción, comercialización y consumo que está en la raíz de la
crisis climática.

En el caso de los agrocombustibles, los que se plantea adoptar son el
biodiesel (obtenido de plantas oleaginosas) y el etanol (que se
obtiene de la fermentación de la celulosa contenida en los
vegetales). Como no se está pensando en bajar la escala de la
demanda, habría una enorme expansión de los monocultivos que
servirían a ese fin, como es el caso de la soja, el maíz, la palma
aceitera, la caña de azúcar, la jatrofa, el eucalipto, entre otros
cultivos.

En 2006, y como parte de su compromiso por reducir las emisiones de
carbono, la Unión Europea se fijó la meta de que en 2020 el 10% del
combustible utilizado en el transporte fuera de origen agrícola. Las
consecuencias de destinar lo que se anuncia llegarían a ser 69.000
km2 (6.900.000 hectáreas) de tierra inundados de plantaciones para
agrocombustible levanta polvareda (16) . Tanto los sistemas de
agricultura familiar y campesina como los bosques, praderas, humedales
y diversos ecosistemas se verían avasallados por la expansión de los
agrocombustibles.

De todas maneras, esto no implicará un cambio radical en la matriz
energética mundial. Se siguen llevando a cabo exploraciones en
búsqueda de combustibles fósiles, se continúa explotando carbón,
petróleo y gas y no hay señales de que eso vaya a cambiar.

• REDD

Una nueva falsa solución ha aparecido para convertirse en un
programa estrella, debidamente maquillado de verde como para generar
confusión … y más negocios. Los proyectos llamados REDD
(Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de
bosques), si bien aún en ciernes, ya se perfilan como un mecanismo de
mercado que servirá para “compensar” emisiones de carbono. Los
créditos de carbono que se diseñen por dejar intocada determinada
región boscosa podrían venderse en los mercados de carbono
internacionales y los comprarían los países contaminadores del
norte, para contabilizarlos como parte de sus compromisos de
reducción de emisiones. Otra forma para que todo siga como está.

No obstante, el paquete en que se presenta REDD resulta atractivo:
¿qué mejor para una comunidad del bosque que le garanticen que su
bosque estará protegido y además le paguen por conservarlo? Sin
embargo, es difícil creer que las mismas fuerzas mercantiles
impulsoras de la contaminación, se conviertan en generosas
benefactoras.

Las comunidades que dependen de los bosques verían sus formas de
vida drásticamente cambiadas. En el marco de un proyecto REDD
perderían su derecho de acceso al bosque en la medida que cualquier
uso del mismo (para leña, para construcción, para cultivo, para
medios de vida) se entendería como “degradación” porque
reduciría el carbono almacenado en el bosque. Esas limitaciones sin
duda que repercutirán en la soberanía alimentaria, la trama social y
la identidad cultural de los pueblos indígenas y comunidades
campesinas.

Por otro lado, es evidente que esta medida no puede considerarse
seriamente como una reducción a largo plazo de las emisiones de
carbono. En primer lugar porque, como ya lo hemos comentado (ver
http://www.wrm.org.uy/publicaciones/REDD.pdf
), se basa en la premisa de que el carbono liberado a partir de la
deforestación es el mismo que el carbono resultante de la quema de
combustibles fósiles. Dicha premisa es falsa, ya que el cambio
climático no se origina en las emisiones de los bosques, sino en el
constante aumento del stock total de carbono atmosférico debido a la
quema de combustibles fósiles. Es ese carbono, almacenado en el
subsuelo durante millones de años bajo la forma de carbón, petróleo
y gas el que genera el problema. Dicho carbono - que no forma parte
del ciclo natural del carbono emitido y absorbido permanentemente por
los vegetales - comenzó a acumularse en la atmósfera y dio lugar al
calentamiento global, que a su vez desencadena el cambio climático.
Pretender que las emisiones de carbono de los combustibles fósiles se
puedan “compensar” por el simple expediente de evitar emisiones
resultantes de la deforestación es un argumento falso, dilatorio y
letal.

NO A REDD

Es por eso que desde las organizaciones sociales las denuncias contra
los proyectos REDD se han ido convirtiendo en expresiones de rechazo,
plasmadas en el representativo Acuerdo de los Pueblos, del 22 de
abril, en Cochabama, Bolivia, donde más de 30.000 personas, en su
gran mayoría representantes de organizaciones sociales, exigieron a
los países desarrollados que reduzcan en al menos 50% sus emisiones,
y que lo hagan realmente, no mediante sistemas tramposos “que
enmascaran el incumplimiento de las reducciones reales de emisiones de
gases de efecto invernadero”, como los mercados de carbono o el
mecanismo REDD sobre el cual el Acuerdo expresa: “Condenamos los
mecanismos de mercado, como el mecanismo de REDD (Reducción de
emisiones por la deforestación y degradación de bosques) y sus
versiones + y ++, que está violando la soberanía de los Pueblos y su
derecho al consentimiento libre, previo e informado, así como a la
soberanía de Estados nacionales, y viola los derechos, usos y
costumbres de los Pueblos y los Derechos de la Naturaleza”. (17)

Un caso REDD: Destructor de bosques Oji Paper pretende financiamiento
REDD en Laos

En 2005, una empresa japonesa llamada Oji Paper emprendió un
proyecto para establecer 50.000 hectáreas de plantaciones,
principalmente de eucaliptos, en la región central de Laos. Al año
siguiente, como parte de su investigación en Laos, un investigador
canadiense tomó una serie de fotografías de los bosques derribados
por las topadoras de Oji. Ahora, Oji Paper quiere obtener
financiamiento REDD para sus plantaciones en Laos.

El momento no podía ser mejor. Unas pocas semanas antes de Cancún,
Oji Paper está demostrando uno de los problemas más graves en torno
a la discusión internacional sobre REDD: la no diferenciación entre
bosques y plantaciones. Oji está demostrando también cómo las
empresas pueden beneficiarse de REDD mientras sus actividades provocan
graves impactos sobre los medios de vida locales.

Oji Paper comenzó otro proyecto de plantación en el sur de Laos a
comienzos de este año, cubriendo un total de 30.000 hectáreas. El
estudio de viabilidad, que comienza este mes y se extenderá hasta
marzo de 2011, estudiará el posible financiamiento REDD para las
plantaciones de Oji Paper en Laos Sur y central. El estudio fue
encargado por el Ministerio de Economía, Comercio e Industria de
Japón. Según un comunicado de prensa de Oji Paper, [1] se supone que
desarrollará “los métodos para medir, presentar y evaluar la
efectividad de los proyectos de plantación en la absorción de CO2 y
la efectividad de medidas para contrarrestar la deforestación y la
degradación del bosque en la reducción de emisiones de CO2.”

Oji Paper planea exportar astillas de madera de sus plantaciones de
Laos para alimentar sus operaciones de pulpa y papel en constante
expansión. Será interesante ver cómo el estudio de viabilidad
considera el hecho de que las plantaciones de Oji Paper no
almacenarán carbono por un período de tiempo sino que serán
transformadas en astillas, transportadas por tierra y por mar y
convertidas en papel. Luego de utilizado, mucho de este papel será
desechado en vertederos donde se descompondrá y producirá metano.

Oji Paper es una de las empresas papeleras más grandes del mundo,
con un total de 240.000 hectáreas de plantaciones en Laos, Vietnam,
China, Indonesia, Australia, Nueva Zelanda, Canadá y Brasil. La
empresa planea un programa REDD y tiene intenciones de aplicar los
resultados de su estudio de viabilidad de Laos en sus otras
plantaciones.

Entre 2004 y 2006, Keith Barney, un investigador de la Universidad de
York, Toronto, llevó a cabo una investigación en la aldea de Ban Pak
Veng, en el distrito de Hinboun en Laos. Barney describió que la
aldea está sufriendo un “efecto de doble desplazamiento”, el
primero por estar río abajo de la recientemente construida represa de
Theun Hinboun, y el segundo debido a las plantaciones de Oji.
“Mediante el programa de reforma agraria,” escribe Barney, “los
bosques degradados de la aldea, que son cruciales para su seguridad
alimentaria y la producción bajo el sistema de agricultura
itinerante, han sido divididos para establecer plantaciones
industriales y derribados con topadoras.”

La concesión de Oji en Laos central cubre una superficie total de
154.000 hectáreas, 50.000 de las cuales serán plantadas. Más de
55.000 personas viven dentro de la zona de la concesión.

En 2006, Oji encargó a Global Environment Centre Foundation la
realización de un estudio de viabilidad para investigar cómo podría
la empresa obtener créditos de carbono a través del mecanismo de
desarrollo limpio (MDL). El informe explicó que los aldeanos realizan
“agricultura de tala y quema ilegal,” y señaló que “no tienen
otros medios para asegurarse el alimento.”

El informe de Global Environment Centre Foundation sostuvo que “los
habitantes de la zona en cuestión siguen practicando el cultivo de
tala y quema ilegal, y la degradación de la tierra impide la
recuperación espontánea del bosque.”

Como señaló Barney, el informe omitió mencionar que los aldeanos
de Ban Pak Veng estaban “haciendo cultivos de tala y quema no por
tradición secular sino debido en gran medida a que perdieron el
acceso a los arrozales de tierras bajas a causa del proyecto
hidroeléctrico de THPC (Theun Hinboun Power Company)".

Barney agregó que el estudio de viabilidad MDL “ignora al menos
veinte años de investigación en Laos sobre la importancia que
representa para la economía rural el cultivo en tierras altas y los
productos no madereros del bosque basados en el sistema de tala y
quema (o agricultura itinerante).” Barney documentó en detalle la
compleja relación que los aldeanos tienen con su tierra y sus bosques
y señaló que los funcionarios estatales, responsables de la
producción de los mapas para el programa de reforma agraria, “no
manejan en absoluto los mismos términos que los aldeanos en lo que
refiere al paisaje y los bosques.”

Desafortunadamente, podemos suponer que el estudio de viabilidad REDD
sobre las plantaciones de Oji Paper cometerá los mismos errores.
Simplemente, no es de interés de los consultores descubrir y
documentar lo que sucede realmente en la zona rural de Laos. Mientras
tanto, sí es de interés para ellos reducir las complejas cuestiones
sociales y ambientales a simples cuestiones de legalidad o ilegalidad.
También ignorarán los medios de vida locales. “Como resultado,”
escribió Barney acerca de los planes de Oji Paper, “los aldeanos de
Laos están siendo sometidos a una nueva serie de riesgos para sus
medios de vida, mientras se les quita la red de seguridad que
representa para ellos el acceso a los recursos naturales.”

En 2006, un aldeano dijo: “No tenemos tierra. Oji la tomó.” Otro
dijo a Barney: “Nos estamos despidiendo de nuestros bosques.”

Si la empresa responsable de esta destrucción puede afirmar ahora
que está reduciendo las emisiones por deforestación y degradación
de bosques, esto significa que el concepto de REDD está en una
bancarrota intelectual y moral.

Chris Lang, http://chrislang.org

[1] El autor agradece a Mekong Watch por la traducción del japonés
al inglés.

La oportunidad del cambio imprescindible

En esta encrucijada planetaria, desde los pueblos surgen voces que
reclaman el imprescindible cambio de rumbo.

Así quedó plasmado en el “Acuerdo de los Pueblos” elaborado de
manera participativa en la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el
Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, celebrada en
abril de 2010 en Cochabamba, Bolivia. Miles de participantes
estuvieron de acuerdo en que “Para enfrentar el cambio climático
debemos reconocer a la Madre Tierra como la fuente de la vida y forjar
un nuevo sistema”, que estaría basado en una serie de principios,
entre ellos “armonía y equilibrio entre todos y con todo”,
“complementariedad, solidaridad, y equidad”, “eliminación de
toda forma de colonialismo, imperialismo e intervencionismo”. Se
reafirma así el concepto de que la naturaleza tiene derechos que
deben ser respetados y que los bienes y servicios necesarios para
satisfacer las necesidades de las poblaciones no pueden obtenerse a
costa de su destrucción.

Con respecto a la crisis climática, el Acuerdo afirma: “Los
pueblos tenemos los mismos derechos de protección ante los impactos
del cambio climático y rechazamos la noción de adaptación al cambio
climático entendida como la resignación a los impactos provocados
por las emisiones históricas de los países desarrollados, quienes
deben adaptar sus estilos de vida y de consumo ante esta emergencia
planetaria. Nos vemos forzados a enfrentar los impactos del cambio
climático, considerando la adaptación como un proceso y no como una
imposición, y además como herramienta que sirva para
contrarrestarlos, demostrando que es posible vivir en armonía bajo un
modelo de vida distinto.”

A la hora de pensar en políticas que vayan a la raíz del problema,
sería necesario, como expresa la organización GenderCC que “las
políticas y medidas que apuntan a mitigar el cambio climático se
basaran en una comprensión más holística de la percepción humana,
de sus valores y de sus opciones de comportamiento. Esto incluiría el
considerar las características específicas de diferentes grupos de
la sociedad, como el de los hombres y el de las mujeres. Las
políticas serán más efectivas si son hechas a medida para responder
a los intereses y las necesidades tanto de hombres como de mujeres, y
para perseguir el objetivo de la igualdad de ambos sexos.”

El cambio necesario, que no está dado sino que va tomando forma en
la visión de los pueblos, tiene como eje fundamental la soberanía
alimentaria que implica el apoyo a la agricultura campesina y
familiar.

Dice la organización mundial Vía Campesina que según el IPCC, la
agricultura industrial es una de las causas principales del aumento de
los gases de efecto invernadero. Este tipo de agricultura de carácter
intensivo basada en un aumento del rendimiento en función del
monocultivo a gran escala, la concentración de la tenencia de la
tierra y el uso masivo de fertilizantes sintéticos y plaguicidas,
contribuye a la catástrofe climática, por un lado por el uso
intensivo de energía fósil que requiere, y por el otro por los
procesos de deforestación que provoca a la hora de expandirse y
ocupar territorios.

Frente a esto, La Vía Campesina hace un llamado a “abandonar el
camino de la agricultura industrial, destructiva, contaminante y
generadora de desigualdad, y apostar en cambio a las comunidades
campesinas e indígenas para alimentar a la humanidad y enfriar el
planeta”. (18)

Y agrega: “La investigación científica muestra que los pueblos
campesinos e indígenas podríamos reducir las emisiones globales
actuales al 75% al incrementar la biodiversidad, recuperar la materia
orgánica del suelo, sustituir la producción industrial de carne por
una producción diversificada a pequeña escala, expandir los mercados
locales, parar la deforestación y hacer un manejo integral del
bosque.

La agricultura campesina no sólo contribuye positivamente al
equilibro del carbono del planeta, sino que crea también 2.800
millones de puestos de trabajo, para hombres y mujeres en todo el
mundo, y es el mejor modo de luchar contra el hambre, la desnutrición
y la crisis alimentaria actual.

El pleno derecho a la tierra y la recuperación de los territorios,
la soberanía alimentaria, el acceso al agua como bien social y
derecho humano, el derecho a usar, conservar e intercambiar libremente
las semillas, la desconcentración y fomento a los mercados locales,
son condiciones indispensables para que los pueblos campesinos e
indígenas sigamos alimentando el mundo y enfriando el planeta.”

Los pueblos pueden hacer de la Cumbre de Cancún otro espacio donde
fortalecer la integración de los movimientos sociales, elaborar
acciones y estrategias comunes y caminar hacia el cambio
imprescindible.

Notas

1- Climate change: evidence from the geological record, The
Geological, position statement on climate change,
http://www.geolsoc.org.uk/gsl/views/policy_statements/climatechange

2 - Acuerdo de los Pueblos, http://cmpcc.org/acuerdo-de-los-pueblos/

3 - Conclusiones del Grupo de Trabajo 8 sobre Deuda Climática:
http://cmpcc.org/2010/04/28/conclusiones-grupo-de-trabajo-8-deuda-climatica/#more-1840

4 - “Winner of Project Consored top 25 articles for 2009 - 2010
news stories: Pentagon's role in global catastrophe”, Sara
Flounders, International Action Center,
http://www.iacenter.org/o/world/climatesummit_pentagon121809/

5 - The Rich: Our Biggest Carbon Problem, Barry Saxifrage, 12 de
febrero de 2009,
http://www.saxifrages.org/eco/go19a/The_Rich_Our_Biggest_Carbon_Problem

6 - http://www.breathingearth.net/

7 - Broder 2009 citado en “The End of ‘Cheap Ecology’ and the
Crisis of ‘Long Keynesianism’,” Farshad Araghi, 23 de enero de
2010, Economic and Political Weekly, distribuido por Larry Lohman.

8 - Organización Internacional para las Migraciones,
http://www.iom.int/jahia/Jahia/about-migration/facts-and-figures/lang/es

9 - “Murder on the Carbon Express: Interpol Takes On Emissions
Fraud”, Marck Schapiro para Mother Jones, 8 de octubre de 2010,
http://motherjones.com/environment/2010/10/interpol-carbon-trading-fraud

10 - Datos de CO2Now, http://co2now.org/

11 - Potential Impacts of Tree Plantation Projects under the CDM. An
African Case Study, 07/10/2010, Blessing Karumbidza y Wally Menne, The
Timberwatch Coalition,
http://timberwatch.org/uploads/Draft%20Plantation_Projects_under%20CDM%20-%20Blessing%20&%20Wally%281%29.pdf

12 - “Could Biochar save the world?”, Jeremy Hance, 16/08/2010,
http://bit.ly/cALKwk

13 - “Biochar, una nueva amenaza para los pueblos, la tierra y los
ecosistemas”, Declaración:
http://www.wrm.org.uy/temas/Agrocombustibles/Biochar.pdf

14 - “Geoengineering the planet: What is at stake for Africa?”,
Diana Bronson, ETC Group,
http://pambazuka.org/en/category/features/67522

15 - “The new biomassters and their assault on livelihoods”, Jim
Thomas, ETC Group, 07/10/2010,
http://pambazuka.org/en/category/features/67535

16 - “Driving to destruction. The impacts of Europe’s biofuel
plans on carbon emissions and land”, noviembre 2010,
http://www.foeeurope.org/agrofuels/ILUC_report_November2010.pdf

17 - http://cmpcc.org/acuerdo-de-los-pueblos/

18 - ¡Miles de Cancún por la justicia climática!, septiembre 2010,
declaración de La Vía Campesina, http://tinyurl.com/2c3qqm2



--
http://www.wrm.org.uy

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miércoles, 10 de noviembre de 2010

Los indígenas y la cuestión nacional (o de ONGs y de transnacionales)

- - - Servicio Informativo "Alai-amlatina" - - -

Los indígenas y la cuestión nacional (o de ONGs y de transnacionales)

Carlos Walter Porto-Gonçalves

ALAI AMLATINA. 09/11/2010.- La cuestión de la demarcación de los territorios indígenas en la Sierra de Perijá que involucra a los Yukpas, Bari y Wayuu, de un lado, y a los hacendados, militares y funcionarios del gobierno, del otro, ha desatado un debate político que recientemente adquirió dimensiones nacionales y, como no puede dejar de ser, con implicaciones internacionales. Los indígenas, como ha sucedido desde hace 518 años, están divididos en la lucha e, insisto, esta división es constitutiva de la cuestión nacional en lo que concierne a los pueblos originarios. A fin de cuentas, desde el primer momento los indígenas o fueron cooptados o considerados caníbales, de acuerdo al ensayista colombiano Carlos Jáuregui quien nos aclara en su bellísimo libro “Canibalia: canibalismo, calibanismo, antropofagia cultural y consumo en América Latina”, merecidamente premiado por Casa de las Américas de Cuba, (La Habana, Cuba, Fondo Editorial Casa de las Américas, 2005).

La revolución bolivariana desatada en 1998 con la candidatura de Hugo Chávez a la presidencia de la República provocó que una Venezuela Profunda emergiera actualizando las luchas del indígena Cacique Guaicaipuro (1530-1568), del líder negro José Leonardo Chirino (1754-1796) y del criollo Simón Bolívar (1783-1830). La derecha venezolana, hasta hoy no perdona a Chávez por haber despertado estos demonios.

No fue un proceso aislado en “nuestra América”, sino que forma parte del protagonismo indígena que comienza a afirmarse de diferentes modos en la guerrilla guatemalteca a finales de los años 1970, en la guerrilla katarista en Bolivia, en la resistencia de los Miskitos en Nicaragua, en las Marchas por la Dignidad y por el Territorio realizadas en Bolivia y en Ecuador en 1990, en la resignificación de la fecha de 1992 reivindicando “otros 500”, en el Levantamiento Zapatista del 1º de Janeiro de 1994 contra la nova cara del globalitarismo (Milton Santos) y su NAFTA, en el destacadísimo papel desempeñado por los indígenas y los campesinos en la expulsión de la primera multinacional que intentaba privatizar el agua en Cochabamba en el año 2000. Sin duda, el momento máximo de esta lucha fue la elección y toma de posesión de Evo Morales Ayma en Bolivia en Enero de 2006. Hay un punto en común entre cada uno de estos casos: el indígena se está expresando como movimiento nacional y, con ello, instando a cada uno de nosotros a repensar la cuestión indígena no sólo como una cuestión específica de una minoría o cualquier otro nombre que se le quiera dar. De cierta forma, nos está convocando a retomar las reflexiones de José Carlos Mariátegui (1894-1930) en cuanto a la centralidad de la cuestión indígena, el carácter de la revolución socialista entre nosotros y la cuestión nacional.

Desde siempre, la cuestión indígena ha sido, sobre todo, una cuestión territorial y por tanto, parte del sistema mundo moderno-colonial y, por esta razón, es el meollo de la cuestión nacional. A fin de cuentas, el momento original del sistema mundo se produjo con la invasión territorial de Abya Yala, para los españoles Indias Occidentales y sólo mucho después América, especialmente por la insistencia de la elite criolla (Porto-Gonçalves, 2009). Pero un día, el territorio gritó por la boca de los criollos que necesitaban decirse de aquí, de América, en contra de los de allá, de Europa; afirmar un régimen político propio, republicano, o contra la monarquía arrogante del conquistador/colonizador, aunque algunos se enamoraron de esta idea como en México y, sobre todo, en Brasil.

José María Caycedo (1830-1889) en su poema Las Dos Américas (1854) dará vida a la premonición de Bolívar, para la época, ya no solamente como una comprensión geopolítica profunda del Libertador, sino materializada en la guerra imperialista de los capitalistas estadounidenses contra los pueblos indígenas y que culmina con la usurpación de territorios a México en 1845-48. No se puede ver la usurpación de los territorios de México sino como parte de la violencia de fondo de la usurpación de los territorios a los indígenas.

Bolívar sintió en la piel la presión de las oligarquías a sus esfuerzos por reconocer los derechos de los negros, él que tanto se beneficiara del apoyo de los haitianos que intentaban la doble independencia: de las elites de afuera y de las de adentro, sobre todo, en cuanto a la esclavitud. Francia ya había manifestado con su revolución de 1789 que la libertad, igualdad y fraternidad no eran válidas al sur del Trópico de Cáncer. La misma burguesía que era revolucionaria en Paris explotaba el trabajo esclavo en Haití y era contra-revolucionaria en el Caribe.

Aníbal Quijano nos llamó la atención al decir que, aquí en América el fin del colonialismo no significó el fin de la colonialidad. Continuamos aspirando a ser del primer mundo. El colonialismo, más que un sistema entre Europa y el resto del mundo, era un sistema interno a los distintos estados que desde entonces se forjaron por todos lados, tanto en Europa como aquí. La primera violencia que emanó con los nuevos estados fue teórica, esto es, llamar estado nacional a las nuevas formas geográficas de organización de las relaciones sociales y de poder. El estado que aquí nace con la independencia también se inspiró en los principios liberales fundados en la propiedad privada y, con ello, negó a los indígenas el derecho tradicional al uso comunal del territorio. Además, no tener propiedad privada era signo del atraso de estos pueblos. Que los liberales piensen así es natural, lo que no es lo mismo para un socialista, aunque así pensaran los sandinistas con relación a los Miskitos, o los revolucionarios bolivianos de 1952 cuando intentaron hacer la reforma agraria dividiendo los territorios comunales de los ayllus en propiedad privada campesina. Todo indica que la mayor parte de los marxistas ignora la correspondencia de Karl Marx (1818-1883) con Vera Zasulich (1849-1919) y su simpatía para con la híbrida propiedad familiar y comunal de los campesinos rusos – el mir.

En fin, la cuestión indígena es al mismo tiempo una cuestión nacional y como tal, una cuestión inmanente al sistema mundo moderno-colonial del que el estado (uni)nacional forma parte. Immanuel Wallerstein nos ha llamado insistentemente la atención hacia el papel que el sistema de estados ha cumplido en la conformación del sistema mundo moderno, al que algunos autores añaden, colonial. La cuestión indígena está por todos lados mundializada en la propia medida que el sistema de estados es parte del sistema mundo. Toda la cuestión pasa a ser el sistema mundo que queremos frente al mundo que allí está. Los zapatistas sugirieron “un mundo donde quepan muchos mundos”. Los neoliberales en todas partes intentan minar las conformaciones territoriales de poder que les obstaculizan sus objetivos. Para ello, atacan por todos los flancos al estado territorial (uni)nacional y echan mano de organizaciones no-gubernamentales a través de sus organismos (nada) multilaterales, como el Banco Mundial. Al mismo tiempo, la cuestión nacional que se forjó en contra de los pueblos originarios, los cimarrones (cumbes, quilombos) y campesinos – no en balde todas estas formaciones sociales están fuertemente territorializadas – es blandida contra el neoliberalismo ignorando la lucha histórica de los herederos de Guaicaipuro, de Chirinos y el mismo Bolívar. Al mismo tiempo que se abren ventanas con la crisis del imperio estadounidense y la emergencia de China como potencia mundial, algunos grupos/segmentos/clases sociales buscan afirmarse haciendo concesiones para la explotación minera y a los hacendados en territorios indígenas, ignorando las victorias obtenidas por los pueblos originarios en los foros internacionales, como la Convención 169 de la OIT de la cual Venezuela es signataria. Así, sea a través de ONGs, o sea a través de concesiones a empresas transnacionales, la cuestión de fondo permanece siendo la misma: la ocupación de los territorios de los pueblos originarios por terceros. Y, lo más grave es que, cuando observamos los documentos que circulan en la internet, sea la Hoja de Ruta o Carta de los Pueblos Indígenas a ser entregada al Presidente Chávez, sean las declaraciones de Carlos Somero porta-voz de la recién creada Asamblea Nacional de los Pueblos Indígenas Cacique Guaicaipuro, publicada en la Agencia Venezolana de Noticias el 5/11/2010, ambos documentos proponen exactamente lo mismo, aunque se acusen recíprocamente de ser manipuladas, sea por ONGs o por el gobierno por sus concesiones a las empresas transnacionales. Basta comparar lo que dice el documento Hoja de Ruta con las cuatro mesas de trabajo de la recién convocada Asamblea Nacional de Pueblos Indígenas Cacique Guaicaipuro, que debatieron temas como la demarcación de los territorios indígenas, la administración de justicia, la reforma de la Ley Orgánica de los Pueblos Indígenas y la creación de un organismo político nacional que reconozca la plurinacionalidad. No es necesario un gran esfuerzo analítico para ver que esta agenda de trabajo resultó de la reciente huelga de hambre de José Maria Korta y de la movilización que parece haber abierto canales de negociación con el gobierno.

Los indígenas, como todos sabemos, están lejos de constituir un todo uniforme, como toda y cualquier sociedad. La propia sociedad venezolana tiene una parcela significativa que es pro-estadounidense, como se puede ver en los medios anti-pueblo y en el propio color de la piel de la mayor parte de los que se ubican fuera de la revolución bolivariana. En el caso específico del reciente ascenso de los pueblos indígenas, en particular el caso de los Yukpas, llama la atención el silencio de estos mismos medios con relación a la lucha de estos pueblos por la demarcación de sus territorios. Ellos bien saben que la demarcación de los territorios indígenas implica la expulsión de terceros, para el caso hacendados y mineros. De allí su silencio.

Ahora bien, si tanto la Hoja de Ruta como las mesas de trabajo de la Asamblea Nacional de los Pueblos Indígenas Cacique Guaicaipuro tienen la misma agenda de trabajo, ¿qué es, en verdad, lo que mantiene a los indígenas divididos y acusándose recíprocamente de manipulados? ¿No son los mediadores? En fin, ¿será que estamos preparados, de verdad verdad, a aceptar que los indígenas deben gobernarse a sí mismos, aunque en los marcos del sistema de estados que se conformó contra ellos? Los indígenas jamás se propondrán el proyecto de forjar un estado nacional, aunque entre ellos también hayan medrado imperios como el Inca, en el que la hegemonía quechua se impuso a los aymaras y otros pueblos. Igual entre los Aztecas. De allí la importancia de retomar el pensamiento de Tupak Katari (1750-1781) y Bartolina Sisssa (1750 o 1753-1782), aymaras, que supieron aliarse a Tupak Amaru (1742-1781), quechua, en la lucha contra los españoles (1780-81), sabiendo que luego tendrían que ajustar cuentas. He allí que nos vemos en este cuadro histórico frente a los mismos desafíos: contra las ONGs y contra la concesión a empresas transnacionales de tierras y/o yacimientos mineros en territorios indígenas. Si queremos la verdadera soberanía respetemos los derechos de aquellos que siempre lucharán por liberar sus territorios de los invasores: los pueblos originarios. Parafraseando a Simón Rodríguez (1769-1854): ¡o inventamos un estado plurinacional que supere el colonialismo en sus diversas escalas, o erramos! Que el espíritu de Guaicaipuro, de Chirinos, de Katari, de Rodríguez y de Bolívar, Martí y Mariátegui estén con nosotros.

- Carlos Walter Porto-Gonçalves es Doctor del Programa de Posgrado en Geografia de la Universidad Federal Fluminense (Río de Janeiro, Brasil) y Premio Casa de las Américas (2008) de Cuba por su ensayo “La Globalización de la naturaleza y la naturaleza de la Globalización”. Publicó en Venezuela “Territorialidades y Lucha por el territorio en América Latina” (IVIC, Caracas, 2009) además de varios artículos.

Documentos Relacionados:
- Estamos en Caracas y aquí está nuestra palabra - [http://alainet.org/active/42162]


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martes, 2 de noviembre de 2010

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Radios comunitarias: voces locales por los objetivos del milenio

Por: carlescasals el 29/10/10 10:34


Adolescentes indios que empoderan a sus vecinos en salud reproductiva, mujeres nepalíes con vih que sensibilizan sobre gobernanza y granjeros de Malawi que comparten tus trucos para lograr la seguridad alimentaria. ¿Aún no conoces el poder de las radios comunitarias?

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El cultivo de alimentos transgénicos está prohibido en 9 países de Europa: ¿a qué espera España?

Por: semillasysalud el 28/10/10 11:32


El cultivo de alimentos transgénicos está prohibido en 9 países de la Unión Europea: Francia, Alemania, Austria, Grecia, Luxemburgo, Irlanda, Polonia, Hungría o Italia. ¿Y en España?, ¿hasta cuándo?

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Firma para que las empresas europeas asuman sus responsabilidades sociales

Por: Aida Sánchez/ CanalSolidario.org el 25/10/10 15:55

¡Acción de la Semana!

La campaña europea Derechos para las personas, reglas para los negocios quiere lograr reformas legislativas que hagan responsables a las empresas europeas de sus impactos negativos sobre los derechos humanos y sobre el medio ambiente, independientemente de dónde realicen sus actividades.

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Madrid: La ayuda al desarrollo, ¿papel mojado?

Por: Prosalus el 28/10/10 16:22


La Federación de ONG de Desarrollo de la Comunidad de Madrid (FONGDCAM) ha convocado hoy una concentración ciudadana en la Plaza de la Villa de Madrid para exigir al ayuntamiento de la ciudad que mantenga los fondos de Ayuda al Desarrollo.

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¿Campanas de boda? ¡Hazla solidaria!

Por: Alternativa3 ONG el 28/10/10 17:29


El pasado Agosto Aida y Cesc hicieron un regalo muy original a los invitados de su boda: una vaca para la Fundación Zuá! ¿Y tú has pensado en montarte una boda solidaria?

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¿Sabes por qué Córdoba ha premiado a la comunicadora Rosa María Alfaro?

Por: Elena/CIC Bata el 28/10/10 13:42


El Premio Córdoba a la Comunicación cumple cinco años. La directora de Calandria (Perú), Rosa María Alfaro, ha sido galardonada con este premio cordobés que defiende el derecho a la comunicación.

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¡Participa en el laboratorio de ideas de la cooperación asturiana!

Por: María Jesús Rodrigo Jaureguizar/Codopa.org el 27/10/10 10:41


La Coordinadora Asturiana de ONGD celebrará el VI Encuentro Internacional de Cooperación Asturiana al Desarrollo en Oviedo del 4 al 6 de noviembre. Globalización, sostenibilidad, movimientos sociales o desarrollo alternativo son algunos de los temas de esta edición.

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¿Te enredas en Twitter y Facebook? ¡No todo el mundo puede!

Por: Anna Hernandez/Cocarmi el 26/10/10 12:53


Cocarmi denuncia que las personas con discapacidad quedan excluidas de las redes sociales. “Las principales redes no están adaptadas”, afirman.

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¿Sabes lo que esconde una bombilla?

Por: EsPosible el 27/10/10 10:24


Mientras las bombillas incandescentes desaparecen del mercado (entre 2010 y 2015 casi todos los países de la Unión Europea las habrán reemplazado por las de bajo consumo) se agudiza el problema: ¿Qué hacer con las bombillas fundidas, rotas o poco eficientes?

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La nueva ofensiva del "capitalismo verde"

La nueva ofensiva del "capitalismo verde"

Promocionan el “mercado de carbono” como principal herramienta de lucha contra la crisis ecológica y el cambio climático. Se trata de la mayor ofensiva del “capitalismo verde”.
SENA-Fobomade | Bolpress | 20-10-2010 a las 17:13 | 431 lecturas
www.kaosenlared.net/noticia/nueva-ofensiva-capitalismo-verde
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Una alianza de países desarrollados, transnacionales, instituciones financieras internacionales (IFIs) como el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), organizaciones no gubernamentales (ONGs) e inclusive agencias de Naciones Unidas promocionan el “mercado de carbono” como principal herramienta de lucha contra la crisis ecológica y el cambio climático. Se trata de la mayor ofensiva del “capitalismo verde”.

El capitalismo en crisis múltiple crea nuevas mercancías y desarrolla nuevos instrumentos para reproducirse, como por ejemplo el denominado “mercado de carbono”, donde compra y vende territorios, recursos naturales y “derechos” o “licencias” para contaminar y sobreexplotar la naturaleza.

El clima planetario está a merced del capital, rehén del mercado de carbono. Aunque parezca “una dinámica extraña”, el comercio de emisiones puede financiar varios proyectos, “hacer que el desarrollo sustentable sea eficiente en costo, y lograr verdaderos progresos en la reducción de los gases de invernadero”, justifica el vicepresidente ejecutivo de Desarrollo y Mercadeo de la empresa 3Degrees Steve McDougal.

Sin embargo, todas las propuestas ambientales del capitalismo verde, entre ellos los Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL), han sido ineficaces en la práctica. Estas falsas soluciones permitieron a las naciones ricas seguir incumpliendo sus compromisos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI); al tiempo que degradaron enormes extensiones de tierras y fuentes de agua, y alentaron la privatización de territorios indígenas y campesinos en todo el mundo.

¿Cómo funciona el mercado de carbono?

La Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) asigna “responsabilidades comunes pero diferenciadas” en la lucha contra el cambio climático a los países ricos y pobres. El Protocolo de Kyoto –refrendado en 1997 y vigente desde el 16 de febrero de 2005– compromete sobre todo a los países desarrollados a poner un tope a sus emisiones de GEI.

El Protocolo habilita tres mecanismos de mercado para ayudar a las naciones industrializadas a alcanzar metas de reducción de emisiones de GEI de 5,2% entre 2008 y 2012: el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL), el Comercio de Emisiones y la Implementación Conjunta.

Los mayores emisores de GEI pueden alcanzar sus metas de reducción de emisiones ya sea optimizando sus procesos productivos, utilizando combustibles más limpios, o bien transando asignaciones de derechos de emisión, es decir vendiendo, comprando, subastando o canjeando “derechos de emisión" o “licencias” para seguir ensuciando la atmósfera.

En el mecanismo de aplicación conjunta, los países desarrollados intercambian entre sí “unidades de reducción de emisiones”; mientras que en el mercado de emisiones comercian con “unidades de la cantidad atribuida”. El “canje” de emisiones es el mecanismo dominante.

Si las asignaciones canjeadas son demasiado costosas o limitadas, los emisores de GEI pueden también adquirir derechos de emisión más baratos financiando proyectos del MDL en otras partes del mundo que ayuden a reducir o a “capturar” CO2 no emitido a la atmósfera.

Al financiar proyectos de MDL en los países en desarrollo, las naciones y empresas del primer mundo adquieren “certificados de reducción de emisiones” (CER) que también pueden ser canjeados o vendidos, y con los cuales acreditan el cumplimiento forzoso de las metas de reducción de emisiones.

Los proyectos de compensación de MDL pueden ser vertederos que captan metano; monocultivos forestales; instalaciones de energía renovable como granjas eólicas e hidroeléctricas, y factorías de agrocombustibles, entre otros.

Los bosques no ingresaron en la agenda de negociaciones de las COP como objetos de mercado hasta 2003. Desde 2005 se observa una activación y a partir de la COP de Bali en 2007 vemos una escalada meteórica de la idea de que los bosques tropicales son fundamentales para avanzar en cualquier acuerdo de clima, describe la especialista de Amigos de la Tierra Brasil Camila Moreno.

El Acuerdo de Copenhague reconoce formalmente al Programa de Reducción de Emisiones procedentes de la Deforestación y la Degradación de los Bosques (REDD) como mecanismo para “el manejo forestal sustentable, la conservación forestal, la reforestación y el incremento de las reservasde carbono forestales”, incluyendo monocultivos de arboles transgénicos. [1]

Los REDD otorgan al menos tres tipos de compensaciones: por la reforestación de áreas previamente taladas; por la forestación o la siembra de árboles en áreas donde no existían bosques por lo menos en los últimos 50 años; y por la deforestación evitada, es decir por los esfuerzos para detener la tala de árboles, explica el director en jefe de Mercados de Carbono Forestal de Conservation International Toby Janson-Smith.

Todos estos proyectos de mercado deben cumplir tres requisitos para ser considerados viables: 1. Deben ser “adicionales”, es decir que no ocurrirían en ausencia de un incentivo de compensación; 2. Capaces de reducir emisiones de una manera medible y permanente, y 3. Ser reales y verificados por inspectores independientes.

Evolución del mercado de carbono

El número de nuevas ofertas de proyectos del mercado de carbono subió drásticamente de menos de 10 por mes a principios de 2005 a cerca de 100 mensuales en 2007, estima el Fondo de la Fauna del Mundo. [2]

Hasta 2008, la CMNUCC registró más de 1.600 proyectos de MDL en diferentes países. Según la Comunidad Andina (CAN), se ejecutan al menos 262 proyectos MDL en la región, de los cuales 46 son proyectos forestales.

En Bolivia se registran por lo menos siete proyectos forestales, la mitad en valles en Cochabamba y Chuquisaca. Colombia tiene 12 proyectos forestales. En Ecuador hay 16 proyectos, de los cuales al menos seis se encuentran en provincias como Loja, Azuay, El Oro, Zamora, entre otras. En Perú existen 11 proyectos, cuatro de ellos en el área andina, principalmente en la región Junín.

La Internacional Tropical Timber Organization(ITTO), órgano intergubernamental de los países productores y consumidores de madera de bosques tropicales,lanzó el Programa temático sobre REDD y Servicios ambientales en Bosques Tropicales (REDDES), con un financiamiento de Noruega.

En 1990, el Directorio de Empresas Holandesas Generadoras de Electricidad constituyó la Fundación FACE (Forest Absorbing Carbon Dioxide Emissions) con el objetivo de plantar 150 mil hectáreas forestales en el mundo, la mitad en los Andes de Ecuador. El objetivo es compensar las emisiones de una nueva planta térmica de carbón en Holanda. [3]

Por otro lado, la anglo holandesa Shell, la rusa Gazprom y la Fundación Clinton están financiando el proyecto tipo REDD en la provincia Kalimantan en Indonesia.

Cargill donó millones de dólares para apoyar a la Amazon Forest Carbon Parnership (AFCP). Sus contrapartes locales son el Fondo Brasilero para la Biodiversidad (FUNBIO), la Fundación de Protección y Uso Sustentable del Medio Ambiente de Bolivia, el Fondo para la Acción Ambiental y la Niñez de Colombia, el Fondo de Promoción para las Áreas Naturales Protegidas de Perú y el Fondo Nacional Ambiental del Ecuador.

En Brasil, The Nature Conservancy (TNC) y la Sociedade de Pesquisa em Vida Selvagem e Educação Ambiental (SPVS) impulsan el proyecto Guaraqueçaba en las reservas Morro da Mina, Rio Cachoeira e Serra do Itaqui, con financiamiento de la General Motors, ChevronTexaco y American Electric Power.

El comercio de los créditos de carbono ascendió a 126 mil millones de dólares en 2008, y se espera que llegue a los 3,1 billones en 2020. El mercado global no regulado de compensaciones voluntarias se triplicó entre 2006 y 2007, llegando a 331 millones de dólares, estima la organización Ecosystems Marketplace. [4]

El mercado de carbono se ha convertido en un negocio para los inversores privados y ha favorecido la especulación financiera. Las empresas adquirieron el 80 por ciento de las compensaciones en el mercado “informal”, mientras que en el mercado regulado los bancos y los especuladores concentran la mayoría de las transacciones. [5]

Grandes fraudes

Cada vez hay más evidencias de que muchos proyectos del mercado de carbono no cumplen requisitos mínimos y no contribuyen en absoluto a una mayor reducción de las emisiones de GEI.

Las compensaciones contempladas por el Protocolo de Kyoto tuvieron efectos “inciertos” sobre las emisiones de gases invernadero, con aportaciones “limitadas” al desarrollo de la tecnología sustentable, concluyó un informe de la Oficina de Responsabilidad del Gobierno norteamericano (GAO en inglés). [6]

El mercado de compensaciones conlleva un alto riesgo de fraudes y engaños, alertó la Comisión Federal de Comercio (en inglés, FTC), mientras que el director adjunto de seguridad de la Oficina de Protección al Consumidor Jim Kohm denunció que algunas empresas venden múltiples compensaciones para un solo proyecto.

“Las compensaciones no son como los productos que se pueden tocar o palpar (…) Yo podría venderle a usted una compensación de sembrar un árbol, pero ¿cómo sabe usted que no le he vendido ya esa misma compensación a otra persona?”, cuestionó Kohm.

Se supone que las oficinas federales proporcionan cierta asistencia técnica y protección al consumidor, pero “ningún cuerpo regulador único (en Estados Unidos) tiene responsabilidades de supervisión (en el mercado informal de las compensaciones)”, admitió la GAO en agosto de 2008.

Según la GAO, “se otorgaron algunos créditos de compensación para proyectos que habrían ocurrido aún en ausencia del CDM, a pesar de un riguroso proceso de revisión”.

El 20 de octubre de 2008, el reportero del Wall Street Journal Jeffrey Ball informó que los operadores de vertederos en todo el país estaban vendiendo compensaciones para proyectos de captación de metano que habían estado en funcionamiento desde hace varios años.

Los proyectos de energía en China (plantas de energía hidroeléctrica, energía eólica y gas natural), a los cuales se otorga la gran mayoría de los créditos CER, son “en su mayoría falsos”, aseveró David Victor, director del programa de energía y desarrollo sustentable del Instituto Freeman Spogli de Estudios Internacionales de la Universidad Stanford. [7]

Violaciones de los derechos humanos

Los proyectos del MDL en marcha están causando males ambientales y sociales que contradicen los objetivos del programa de “reducción de emisiones”. Cada vez aparecen más pruebas de que muchos proyectos hacen más daño que bien.

Los biocombustibles, la energía hidroeléctrica, la conservación forestal, el mercado de carbono y otras medidas para detener el calentamiento global son tan dañinas para los pueblos indígenas como el propio cambio climático, concluye el informe La verdad más incómoda de todas: el cambio climático y los pueblos indígenas, elaborado por Survival International. [8]

“Los pueblos indígenas del planeta, siendo los que menos han contribuido al cambio climático y los más afectados por él, ven sus derechos violados y sus tierras devastadas en aras de los intentos de frenarlo. Al amparo de la presión internacional para prevenir el cambio climático, gobiernos y empresas están disponiendo una apropiación masiva de tierras”, denuncia el informe.

Se ha comprobado en la práctica que los bonos o “créditos” del MDL son utilizados por corporaciones transnacionales para acaparar tierras y recursos naturales en América Latina, en perjuicio de pueblos indígenas y pequeños agricultores. “Las personas que tienen los menores estándares de contaminación de la Tierra están siendo desplazadas por las compañías que más contaminan”, dice Mark Schapiro, del Centro de Periodismo de Investigación (CIR en inglés).

Las centrales hidroeléctricas, eólicas, gestión de residuos sólidos municipales, sistemas de transporte, agrocombustibles, reforestación y forestación desplazan a poblaciones y disputan tierras agrícolas que se destinaban al cultivo de alimentos básicos.

Además, es motivo de polémica el “pago” a las comunidades por conservar sus bosques. Los incentivos económicos individuales comienzan a afectar la organización y los derechos colectivos. El ingreso del dinero monetariza la protección de sus medios de subsistencia. Lo peor es que los pueblos indígenas están hipotecando sus territorios hasta por 99 años.

Los convenios contienen cláusulas penales que obligan a las comunidades a pagar fuertes indemnizaciones en caso de incumplimiento del contrato. También establecen que la comunidad debe re sembrar la plantación las veces que fuera necesario en el caso de que sucediera algún imprevisto. "Esta cláusula convierte al contrato en una herramienta de contratación coercitiva que obliga a las comunidades a servir los intereses de la empresa", interpreta Acción Ecológica de Ecuador.

Los REDD se han convertido en una forma de “CO2lonialismo de los bosques” y “podrían causar la clausura de los bosques”,“conflictos por recursos”, “marginalizar a los sin tierra”, “erosionar la tenencia colectiva de la tierra”, “privar a las comunidades de sus legitimas aspiraciones de desarrollar sus tierras” y “erosionar los valores culturales de conservación sin fines de lucro”, alerta la Red Indígena de Norteamérica. [9]

Casos ejemplares

Los grandes proyectos hídricos y de gas son los más perjudiciales, raramente ahorran emisiones adicionales y de hecho ofrecen incentivos perversos para ampliar industrias de degradación ambiental, afirma Eva Filzmoser del Observatorio CDM.

Las industrias de madera y celulosa expropian granjas indígenas y tierras de pastoreo para enormes plantaciones mono específicas, que amenazan la biodiversidad del área, y que pueden agotar seriamente los recursos hídricos. Otra amenaza es la introducción de especies exóticas (pinos y otros) a gran escala.

Varios grupos ecologistas afirman que las plantaciones forestales de ninguna manera sustituyen la selva natural perdida en lo que refiere a la vida silvestre, la producción de agua o, lo que es aún más importante, como reserva de dióxido de carbono. En realidad, la industria de los biocombustibles vinculada a las palmeras de aceite es una de las principales deforestadoras.

El desplazamiento de brasileños que viven en zonas rurales da cuenta de las consecuencias del sistema “Cap and Trade” que sólo favorece a algunos de los mayores contaminadores del mundo como la General Motors y Chevron.

En África, un proyecto tipo-REDD financiado por el PNUMA en el Bosque Mau de Kenia ha causado desalojos y amenaza a la supervivencia cultural del Pueblo Ogiek. [10]

El programa SocioBosque en Ecuador limita el acceso y uso tradicional (agricultura, cacería o pesca) a los pueblos usuarios del bosque, los cuales están expuestos a duras sanciones de orden penal, civil y administrativo. De esta manera se alienta la fragmentación de las tierras y territorios comunitarios, provocando conflictos internos muy graves.

La organización ecologista Greenpeace denuncióque las norteamericanas American Electric Power y PacifiCorp y la británica British Petroleum incumplen un proyecto de conservación del Parque Nacional Noel Kempff Mercado, situado en el departamento de Santa Cruz, Bolivia, y declarado Patrimonio de la Humanidad en 1991.

El proyecto Acción Climática implantado en este parque en 1997 por las tres empresas, una ONG y el gobierno boliviano debía demostrar que los principales emisores de carbono podrían ganar créditos de emisión mediante la protección de los bosques en el extranjero. Sin embargo, es “poco más que una distracción peligrosa de verdaderos esfuerzos para detener el cambio climático”, advierte el informe de Greenpeace.

“Mientras se ha detenido la tala en los confines del parque, ésta se ha diseminado a las áreas que lo rodean. Y esto es algo que las personas interesadas en el proyecto no desean que se sepa”, dijo el director de la investigación de Greenpeace Kert Davies.

El proyecto incluía la dotación de prestaciones sociales a las comunidades de la zona, algo que nunca se ha materializado.“El proyecto Noel Kempff no ha entregado ni un solo beneficio y, por ende, el balance es muy negativo”, según Greenpeace.

“Desde un punto de vista ecológico, el establecimiento de plantaciones a gran escala de especies extranjeras (en Uruguay) es claramente un paso en la dirección equivocada. Desde un punto de vista social, podría llamarse genocidio cultural”, señala el Estudio de viabilidad de la repoblación forestal CDM en extensas pasturas difundido en 2008 por el programa Plantaciones de Japón en Ultramar para Madera y Pulpa Papelera (JOPP en inglés).

Nueva arremetida del capitalismo verde

En las últimas reuniones de la CMNUCC en Tianjín, China, en octubre de este año, los países desarrollados se negaron nuevamente a asumir compromisos de reducción de emisiones de GEI y ejercieron una enorme presión para aprobar nuevos mecanismos del mercado de carbono en la Conferencia de Partes (COP 16) que se celebrará en diciembre en Cancún.

El embajador de Bolivia Pablo Solón denunció que algunos países desarrollados condicionan la adopción de mayores compromisos “a la creación de nuevos mecanismos de mercado y al establecimiento de reglas que les permitan incumplir sus obligaciones y traspasar sus responsabilidades a los países en desarrollo”.

Al mismo tiempo, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE), el BM, la Asociación Internacional de Comercio de Emisiones (IETA) y la Conferencia de las Naciones Unidas Sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) dieron un renovado impulso al mercado de carbono en el V Foro Latinoamericano del Carbono (FLAC), celebrado del 13 al 15 de octubre en Santo Domingo.

En ese Foro más 600 expertos de 50 países debatieron y analizaron las mejores formas de implementar proyectos de MDL en Latinoamérica y el Caribe. El MDL tiene un enorme potencial para llevar a cabo mejoras duraderas en infraestructuras y equipos, y sustituir combustibles fósiles con biodiesel o biomasa, expresó el director de carbono de la empresa española Abengoa Zeroemissions Luis del Castillo.

Del Castillo destacó la importancia de las plantaciones de palmeras y de caña de azúcar como materia prima de energía alternativa generada a partir de los subproductos de biomasa y de los aceites vegetales.

El PNUMA anunció que presentará en breve una serie de estudios que demuestran que las soluciones para luchar contra el cambio climático ya están disponibles y son replicables, como por ejemplo la plantación de árboles.

“A lo largo y ancho del mundo, programas basados en la comunidad y el esfuerzo del sector empresarial están desafiando el statu quo a través de la innovación y la creatividad”, destacó Achim Steiner, director ejecutivo del PNUMA.

En su criterio, esos proyectos aportan múltiples beneficios, desde el acceso a la energía, mejoras en la salud pública y la reducción de los impactos ambientales, y ayudan a la transición hacia un “crecimiento verde” bajo en carbono.

El BM cumple un papel protagónico en el desarrollo del mercado de emisiones. En 1999 entró al mercado del carbono con el lanzamiento del Fondo Prototipo de Carbono (PCF-Prototype Carbon Fund), y desde entonces su meta es catalizar temporalmente la inversión privada hacia la energía limpia y renovable.

Nueve años después, el Banco administraba una cartera de inversiones del carbono rápidamente expansible, “que enriquece a la industria sucia y poco hace por ayudar a los 1.600 millones de personas que viven en la pobreza”, explica la codirectora de la Red de Energía y Economía sostenible del Institute for Policy Studies (IPS) Janet Redman. [11].

El BM ha destinado más de mil millones de dólares a las industria más tóxicas (químicas, centrales carboeléctricas y fábricas de acero, cemento y aluminio), y a pesar de su compromiso inicial a favor del desarrollo limpio, sólo el cinco por ciento de sus transferencias al mercado del carbono se emplea en el desarrollo de energía eólica, solar e hidráulica. [12]

En la actualidad el BM promociona el mercado de emisiones a través del PCF, el Fondo de Bio Carbono y el Fondo de Carbono para el Desarrollo Comunitario, y a la vez impulsa la extracción y quema de combustibles fósiles a una escala mucho ma­yor, desafiado a su propia División de Industrias Extractivas, que recomendó eliminar progresivamente el financiamiento a la extracción de carbón, petróleo y gas.

La estrategia energética del BM a partir de 2011 consiste en facilitar la transición hacia el desarrollo de energía más sostenible, privilegiando la hidroelectricidad, la producción de electricidad con gas natural, los biocombustibles y la energía nuclear.

Según el BM, “si bien se está gestando una nueva arquitectura financiera… hay que aprovechar instrumentos ya existentes como el Fondo para el Medio Ambiente Mundial, Fondos de Carbono vinculados con el MDL y la Iniciativa de aplicación Conjunta para los contratos de compraventa de unidades de reducción de emisiones después de 2010”.

La investigadora de Amigos de la Tierra Brasil Camila Moreno informa que en mayo 2010 se conformó la aparcería París-Oslo con el fin de promocionar los mecanismos REDD. [13]

En octubre de este año, la secretaria ejecutiva de la CMNUCC anunció el lanzamiento de una fase de preparación para proyectos REDD en los países en desarrollo en la próxima COP 16. Todo indica que en Cancún se cocinará “sí o sí” el acuerdo sobre los bosques.

La mercantilización del clima

A 10 años de su implementación, el mercado de carbono es un fracaso rotundo. Desde la firma del Protocolo en 1997, los 36 países industrializados signatarios han incumplido sus compromisos y las emisiones de GEI han aumentado casi 13 por ciento.

Estados Unidos, responsable de un cuarto de las emisiones mundiales, ni siquiera ha firmado el Protocolo. El 76 por ciento de las emisiones de carbono provienen de los países industrializados y “siguen aumentando”. [14]

En vez de “miti­gar” el calentamiento global, el mercado de carbono agravó el problema y retrasa aún más su solución porque ha permitido que los países con mayores volúmenes de emisiones eludan completamente sus compromisos ambientales.

En realidad, el comercio de “créditos de carbono” desincentivó a las grandes corporaciones de energía eléctrica, siderurgia, cemento, celulosa y papel y otros emisores de gases de efecto invernadero a mejorar sus procesos industriales y a invertir en energías renovables, afirma el especialista de Greenpeace Joris den Blanken.

“El comercio de carbono, con sus enormes subsidios gubernamentales, es justamente lo que el mundo de las finanzas y la industria querían. No va a hacer absolutamente nada respecto al cambio climático, pero con él mucha gente ganará un montón de dinero y se pospondrá la hora de la verdad”, critica el ambientalista James Lovelock.

El mercado del carbono mercantiliza los “sumideros de carbono” y convierte a los elementos y procesos de la naturaleza en objetos de compra y venta. Los países ricos no solo hacen trampa e incumplen sus compromisos, sino que además dan inicio a una nueva etapa de privatización de la naturaleza nunca antes vista, que ya comenzó con los bosques y que se irá extendiendo al agua y a la biodiversidad.

“Los bosques pasarán a tener un precio por la cantidad de toneladas de carbono que son capaces de absorber; los bonos o derechos de carbono serán vendidos y comprados como cualquier mercancía. Para asegurar la propiedad de los compradores de certificados se instaurarán una serie de restricciones en bosques y selvas, afectando el derecho soberano de los países y de los pueblos indígenas”, deplora el Presidente Evo Morales.

Según Camila Moreno, el mercado de carbono es una especie de “caballo de Troya” del capitalismo que reproduce la historia del petróleo con la biomasa, haciendo realidad “las peores y más salvajes fantasías de la mercantilización de la naturaleza”. [15]

Como respuesta a la crisis, el sistema capitalista “revierte todos los bienes comunes de la naturaleza, incluido el derecho a la vida; redobla su control sobre los territorios, y convierte al carbono en un nuevo commodity”, explica la investigadora.

Los bosques son los últimos territorios colectivos o públicos que no están en el mercado, pero los REDD obligarán a titularizarlos mediante profundas reformas en las leyes forestales. Estamos hablando de un nuevo tipo de ajuste estructural, en este caso climático, y de una contra reforma agraria a escala global.

Lo paradójico es que la facultad y la capacidad de salvar a la Tierra pasa a manos de las mismas corporaciones que destru­yen el planeta; mientras la “catequesis del carbono y de los servicios ambientales” –la nueva “evangelización” de las ONGs– se irradia en el campo y en las comunidades rurales más alejadas “como fuego en la pradera”.

Notas:

[1]. REDD y el futuro de los bosques; Amigos de la Tierra Brasil, Porto Alegre.

[2]. Sustainable Energy and Economy Network, Institute for Policy Studies: http://www.seen.org; Carbon Trade Watch http://www.carbontradewatch.org; Friends of the Earth: http://www.foe.org/global-warming; CDM Watch: http://www.cdm-watch.org

[3] FACE comercializa créditos de carbono a través de dos empresas holandesas: Business for Climate y TriodosClimate Clearing House, y Business for Cimate y TriodosBank y Kegado BV. Inició operaciones en Ecuador en 1993 a través del Programa FACE de Forestación de Ecuador (PROFAFOR), que habría sembrado hasta la fecha 23 mil hectáreas de pinos y eucaliptos. Ofrece 165 dólares por hectárea plantada como “incentivo” a propietarios privados y 130 dólares a organizaciones campesinas. Ciertos contratos se firman a modo de hipoteca, con plazos hasta de 99 años. Sobre REDD+ y el programa Sociobosque; REDD, precio a la deforestación y usurpación masiva de territorios; Acción Ecológica, www.accionecologica.org

[4] Las compensaciones de carbono, Los dolores de crecimiento de un mercado creciente, Charles W. Schmidt, Salud pública, Méxicovol.51no.3CuernavacaMayo/Junio2009. Publicado originalmente en Environmental Health Perspectives.

Entrevista a Manuel de Castro, catedrático de Física de la Tierra en la Facultad de Ciencias del Medio Ambiente de la Universidad de Castilla-La Mancha y autor contribuyente en el Tercer Informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC); Mario Cuéllar, Globalízate, febrero de 2009.

[5] A dangerous obsession, http://www.foe.co.uk/resource/reports/dangerous_obsession.pdf

[6] Programas Internacionales para el Cambio Climático: Las lecciones aprendidas del Plan de Comercio de Emisiones de la Unión Europea y el Mecanismo del Protocolo de Kyoto, noviembre de 2008.

[7] A realistic policy on international carbon offsets, abril de 2008, en coautoría con Michael Wara, investigador y catedrático de la Escuela de Leyes de Stanford.

[8] www.ecoportal.net

[9] http://www.ienearth.org/REDD/espanol.pdf

[10] http://indigenousenvironmentalnetwork.blogspot.com/

[11] Marta Gómez Ferrals, Periodista de la redacción de Temas Globales de Prensa Latina.

[12] The World Bank and Climate Change: Sustainability or Exploitation?, Mary Tharin. Estudiantes investigadores: Victoria Masucci y Christine Wilson. Evaluador académico: Elaine Wellin, Ph.D., Sonoma State University. Upside Down World, 11 de febrero de 2009, traducción Ernesto Carmona, ARGENPRESS.info

[13] Making REDD+ Real: Guiding Principles and Operational Framework for Tropical Forest Carbon; Pavan Sukhdev y Kaavya Varma, octubre 2009.

[14] En 2007, los países industrializados registraron un nuevo aumento en sus emisiones de gases de efecto invernadero por séptimo año consecutivo, reveló el Convenio Marco de la ONU sobre el Cambio Climático (UNFCCC en inglés). Las 40 naciones desarrolladas obligadas por ese instrumento incrementaron sus emanaciones en uno por ciento en el período 2006-2007. El nivel alcanzado está cuatro puntos por debajo del registrado en 1990, pero tres por encima de lo producido como promedio entre los años 2000 y 2007, agrega el reporte.

[15] Taller Financiamiento Climático en Sudamérica; Oxfam, Latindat, Jubileo Sur Américas y Red Brasil sobre Instituciones Financieras Multilaterales, Sao Paulo, 5-8 de octubre 2010.

* Fuente: Servicio de Noticias Ambientales (SENA) del Fobomade.

Más información:
Antiglobalización
Ecología
Internacional

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Wednesday, 12 de January de 2005

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